En el Taller de Audiovisual de la Escuela Media Nº 3 D.E. 7 de la Ciudad de Buenos Aires, los alumnos se transformaron en verdaderos artistas e intervinieron obras del famoso pintor belga con la técnica Stop Motion.
Obra de Magritte intervenida por alumno.
Pareciera que los cuadros surrealistas de René Magritte tomaran vida cuando los alumnos de tercer año del centro educativo muestran sus videos, realizados en el Taller de Audiovisual. Es que no sólo seleccionaron cuadros del artista como parte de la asignación escolar: cada grupo armó una verdadera producción audiovisual y creó sus propias obras siguiendo los preceptos de esa corriente artística.
“En el taller trabajamos el tema de las vanguardias, entonces les propusimos a los chicos elegir una pintura de Magritte, modificarla y armar una animación que cumpliera con las características del Surrealismo”, comenta Laura Casal, profesora de Plástica, quien dicta el curso junto su pareja pedagógica Pablo Castro, profesor de Audiovisual.
Previamente a realizar el trabajo, los alumnos vieron en las clases de Plástica los conceptos básicos de lo que fue el movimiento artístico y literario del Surrealismo. “La distorsión de la perspectiva, la falta de un relato continuo, los elementos que aparecían, como las hormigas en Magritte”, explica Casal. ¡Hora de editar! En cuanto al proceso de producción, los chicos utilizaron los programas Gimp -de código abierto- y Movie Maker, para editar imágenes y video respectivamente. ¿Lo más creativo del trabajo? Utilizar la técnica Stop Motion para armar el video. “Tenían que aplicar todo lo que habían visto en el segundo trimestre, como planos y movimientos de cámara, entre otros conceptos, y aprovechando las netbooks (que tienen los estudiantes), editar con Movie Maker”, cuenta Castro. Casal destaca la creatividad de los chicos a la hora de presentar propuestas para hacer el video. “Trabajaron en grupo con las mismas fotos y el resultado fue totalmente diferente en cada grupo. Tuvimos videos distintos y muy originales”, expresa la docente de Plástica. Ambos profesores concuerdan en que las producciones finales de los chicos fueron excelentes. “Ves esas obras y te das cuenta que uno es un medio, un conductor, porque sólo les dimos algunas ideas y ellos crearon lo que quisieron”, dice Castro, mientras que Casal agrega: “Fueron muy solidarios entre ellos, intercambiaron opiniones y trabajaron muy bien en grupo”.