Breve descripción de la actividad:







Para abordar la identificación de adjetivos, sustantivos y verbos, se presenta a los alumnos un cuento. Deben leer el mismo, y al finalizar deben completar el cuadro con los adjetivos, sustantivos y verbos que encuentren en dicho cuento. Al finalizar la actividad se hace una puesta en común.







Nivel: Primario.



Grado: 1º-3º



Área curricular implicada: Prácticas del lenguaje.







Objetivos:







Se busca que los alumnos puedan identificar, mediante la lectura y análisis de un cuento, lo visto en clase respecto a sustantivos, verbos y adjetivos, realizando una actividad placentera, donde puedan intercambiar con otros, consultarse, ayudarse, y luego hacer una puesta en común para compartir lo trabajado con el resto de sus compañeros, enriqueciendo la actividad en el intercambio.



Secuencia didáctica Se procede a explicar la actividad a los alumnos.



En cada computadora se encuentra cargado el cuento con un cuadro al final, donde deberán completar los datos.



Se propone leer el cuento una vez en voz alta entre todos.



Luego cada grupo realiza una segunda lectura de manera individual.



Se completa el cuadro.



Luego se pondrá en común lo que completaron en el cuadro.



Para segundo y tercer grado, puede proponerse que al finalizar la actividad, le pongan un título al cuento, y nombres a los personajes, los cuales serían sustantivos propios.



También pueden indicar las partes del cuento, introducción, nudo y desenlace.



Requerimientos técnicos: Para realizar dicha actividad se requiere de computadoras y el archivo Word que contiene el cuento y el cuadro.



Evaluación: Al momento de poner en común el trabajo, se procederá a realizar una



evaluación del proceso y final, teniendo en cuenta el compromiso y actitud ante la



actividad, como también el buen desarrollo de la misma en relación a los contenidos



trabajados.







Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó diciendo:



- Esa piedra representa lo más valioso que te puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es nuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.



El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.



Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola presencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa de fuego".



Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días.

Para escuchar el artículo hacer clic aquí