Desde la perspectiva de la autora, la orientación escolar es inherente a la tarea de enseñanza y por tanto es una función que debe ser compartida por todo el equipo docente. Su propuesta no excluye la figura del tutor, sino que le asigna un rol de “enlace” de los esfuerzos de orientación y apoyo a los jóvenes que realizan todos los docentes de la escuela.

Entre las contribuciones que un proyecto institucional de tutoría concebido de este modo puede aportar a la mejora educativa de la escuela, se destacan la posibilidad de nuevos vínculos entre adultos y jóvenes, una propuesta integradora en la transmisión de conocimientos y la participación de los jóvenes en sus procesos de enseñanza, una gestión integrada y participativa, y la apertura hacia nuevos espacios y tiempos en la propuesta educativa. Los tutores así entendidos se constituyen como referente de los jóvenes cuando son reconocidos como adultos con autoridad y con posibilidades de orientarlos, guiarlos, ayudarlos.

En este marco, los espacios específicos a cargo del tutor tienen una función fundamental: recogen información que será necesario compartir con los demás integrantes de la escuela para que se generen el acompañamiento y los apoyos pertinentes en cada situación. Esto requiere la creación de momentos de reflexión con diversos interlocutores, otros profesores, directivos, preceptores, familias y los mismos estudiantes. Para que esto ocurra, es necesario generar sólidas condiciones de institucionalidad para el funcionamiento de las tutorías.

Se presentan a continuación citas del libro que contribuyen a la reflexión e intercambio al interior de la comunidad educativa sobre las propuestas de tutoría que tienen lugar en cada institución:

•  “La tutoría ha tomado fuerza en los últimos tiempos como estrategia para la revalorización de la atención a la particularidad, la diversidad y la heterogeneidad de los sujetos, los grupos y los procesos de enseñanza y aprendizaje” y como “estrategia potente que articula recursos para acompañar las trayectorias escolares de los jóvenes” (página 11)

• La tutoría “es una función de la escuela secundaria desarrollada mediante la tarea colaborativa de los docentes”. (página 11)

• La tutoría “es una estrategia de encuentro que sostiene un espacio de trabajo con jóvenes, directores, docentes, familia y comunidad; aborda el problema de la fragmentación mediante el arte de juntar, recomponer, articular e integrar partes, miradas, concepciones, fines, objetivos y actividades de la escuela, partiendo de la escucha atenta, adulta y docente a los jóvenes alumnos” (página 16)

• Uno de los sentidos de la tutoría es como lugar para construir alternativas de vinculación intergeneracional, con el objetivo de “fortalecer su lugar en la relación con los jóvenes y desde allí potenciar las posibilidades adultas de transmitir el conocimiento a las nuevas generaciones y otorgar protagonismo y participación a los jóvenes en los procesos de transmisión” (página 17)

• El punto central de la tutoría es “la construcción y legitimación institucional del rol del tutor como referente adulto de los jóvenes que desarrolla tareas específicas de orientación escolar (…) El tutor es un docente que focaliza parte de su trabajo en actividades que tienen por objetivo la integración de los jóvenes a la escuela y al grupo de pares, su fortalecimiento como estudiantes secundarios y la participación social y comunitaria de los mismos” (página 35)