Conferencia de Philippe Meirieu en Buenos Aires
En el día de ayer, 30 de octubre, el prestigioso pedagogo francés, Philippe Merieu, brindó una conferencia titulada “Pedagogía y Sociedad contemporáneas: algunos malentendidos”. El mismo se presenta como pedagogo por ser profesor, porque enseña. Y ese es el sentido en el que utiliza este término en su discurso: Pedagogo como aquél que investiga dispositivos, instituciones y situaciones para acompañar mejor a los niños en su devenir como sujetos conscientes y responsables.

En dicha exposición, el autor de más de 40 libros sobre educación, desarrolló cinco lugares comunes en la pedagogía actual, con el fin de que podamos cuestionarlos. Los enunciamos aquí y esperamos que continúen compartiendo sus reflexiones.


1.       La idea de que el Pedagogo está al servicio de la ideología del Niño Rey


Meirieu coincide con respetar al niño, pero también sostiene que pueden aprender y ser sujetos sin necesariamente ser omnipresentes, ni tiranos. Agrega que la Pedagogía no creo esto, sino que es producto del mercantilismo cuyo mensaje es: Pedí, exigí, que lo conseguirás. Transformó la niñez en una parte del mercado. Por eso explica que este proceso de infantilización no se corresponde con la infancia.


 2.       La idea de tener en cuenta el interés del niño


Plantea este punto como complicado de definir en cuanto a ¿Qué es el interés? Porque si nos pudiéramos basar sólo en el interés del niño, entonces la educación no tendría ningún problema, ya que los niños aprenderían por sí mismos, basándose en su interés. Pero, en realidad, muchas veces debemos enseñar cosas que no son estrictamente de su interés. Y ahí es cuando se dice “Este niño no está motivado”. Merieu responde diciendo que en realidad, lo que desmotiva es el fracaso, el hecho de no lograr nunca algo reconocido. Por eso, fracasar es lo que sí pueden lograr. A raíz de esto, Meirieu prefiere hablar de movilización en lugar de motivación. En este sentido sostiene que los chicos tienen las competencias y también pueden tener la voluntad necesarias porque, de hecho, fuera del aula hacen cosas mucho más complejas que lo que se propone en la escuela y tienen la voluntad para estar varias horas jugando a los videojuegos o al futbol. Por esto el autor concluye diciendo que los saberes escolares son demasiado simples en el sentido en que no tienen suficientes desafíos como para movilizar a los estudiantes. “Estos jóvenes necesitan un sentido en los saberes escolares que proponemos. Les hicimos perder el sabor a estos saberes.”


Destaca de esta manera los desafíos intelectuales en la movilización de la inteligencia. Relata que en la modernidad, la satisfacción se encontraba en la mente, en cambio hoy esa satisfacción pasa por el cuerpo. De esta manera, los niños asocian que el camino del saber los hace sufrir y que el placer está en la sobreexcitación que genera la sociedad de consumo.


Una Pedagogía reductivista seria enseñar de lo necesario sólo lo que le interesa al niño, pero Merieu propone preguntarse ¿Que le puede interesar al niño? Abramos el camino. Ellos pueden encontrar satisfacciones intelectuales mayores a lo que solemos proponerles. A veces creemos que un contenido en si mismo puede ser demasiado elevado, pero en función de la manera en que lo presentemos podemos lograr desafíos intelectuales insospechados que los movilizaran.


 3.       La idea del niño activo en sus aprendizajes


Esto es casi indiscutible. Nadie pretende que sea pasivo. Al principio, ser activo significaba incluir ejercicios de aplicación después de haber dado una lección. El avance se produjo cuando esto se invirtió y se comenzó a dar el ejercicio antes de la lección. Esto se vincula con la motivación expectativa que implica motivar a alguien poniéndolo a la espera. Ya en 1900 – 1905, lo activo se entendió como la actividad manual. Pero Merieu pregunta: ¿Eso es lo que esperamos de nuestros niños, que puedan hacer hermosos objetos y carteleras?


En lugar de esto y basándose en diversos autores, el plantea como actividad el conflicto socio cognitivo, el cual se refiere a dejarse interpelar por el exterior que desestabilice el equilibrio cognitivo para luego volver a equilibrarlo. Hasta que otro conflicto se presente.


 4.       La idea de escuela a medida e individualismo


Es triste plantear como desafío la individualización de los recorridos. Ya en 1900 se hicieron críticas al Plan Dalton, conocido por el contrato establecido entre el docente y el alumno, debido a que fragmenta los saberes, los reduce, aísla al alumno, entre otros.


Entonces la pregunta obligada es ¿Cómo hacer para que la enseñanza sea individualizada y global a la vez? Meirieu trabaja el concepto de Pedagogía diferenciada, que es concebida de manera diferente por cada autor, pero que ampliaremos en otra nota relacionada.


5.       Libertad y obligación


Se decía que el crecimiento del niño se veía frenado por las obligaciones que les imponemos nosotros, los maestros y profesores. En realidad no todas las obligaciones son malas, ni todas son malas. En realidad, podemos hablar de las lindas obligaciones que hacen emerger la inteligencia. El niño acepta la obligación cuando descubre que son también herramientas para hacer su vida crecer y desarrollarse.

[hupso]
 
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