Este certamen permitió que sus producciones se resignificaran para de esa forma multiplicar la diversidad y cantidad de lectores destinatarios. Este trabajo incluyó el uso de procesadores de texto para digitalizar sus escritos.

Se elevó la propuesta a la supervisión del D.E. 15° con el fin de extender redes de lectura y escritura que pudieran socializarse entre alumnos de diversas escuelas, y a partir de un aval de apertura a dos distritos escolares -14° y 15°- que involucró a 12 escuelas, 700 alumnos de 4º a 7º y 60 docentes que se mantuvieron interconectadas a través de Internet.

Estos grupos de trabajo fueron enriquecidos con los aportes profesionales de un grupo de maestras bibliotecarias que conformaron tres comisiones lectoras para llevar a cabo la preselección de obras correspondientes a las diferentes categorías de grado y género: cuento, poesía y teatro.

Las obras presentadas a concurso fueran evaluadas bajo situación de anonimato de autor y escuela y posteriormente valoradas por un prestigioso jurado de escritoras integrado por Adela Basch, Silvia Schujer y Olga Drennen quienes arribaron a la selección de finalistas.

La coronación del proyecto anual delineado fue la presentación en sociedad de la obra de los chicos de manos y voces de los propios protagonistas de esta experiencia de aprendizaje. Esto se hizo en el marco de una Feria del Libro frente a destacados invitados del ámbito de la Literatura y la posibilidad de publicar la obra en Internet.

El lema del Certamen Literario “Las letras cobran vida”, que titula este libro, fue la esencia que atravesó a todos los alumnos, autores y docentes que propiciaron y promovieron instancias de lectura y escritura.