Después de visitar varias clases de algunas escuelas medias en el distrito de Washington, en  EEUU, pude acceder a algunos materiales con los que los profesores explicitan pautas de trabajo y contratos con sus estudiantes.

Todos sabemos que una buena comunicación entre el docente y el estudiante favorece el aprendizaje. Promover pautas claras desde el comienzo, explicitar los criterios de trabajo y de evaluación contribuyen a crear un clima de confianza y respeto mutuo y seguramente favorece la autonomía de los jóvenes en sus trayectorias escolares. Es fundamental, en este sentido, el compromiso del docente con el  aprendizaje real de todos sus alumnos pues  todos son capaces de aprender. Para ello es preciso diseñar estrategias de enseñanza que permitan dar respuesta a los desafíos  y problemáticas presentes en cada escuela. Se destaca la importancia de promover en los alumnos la habilidad de “aprender a aprender”, a través del aprendizaje autónomo y el pensamiento crítico

El profesor  David Katz, docente de Lengua inglesa, me abrió su clase muy generosamente y pude conversar con él sobre cómo compromete a sus alumnos en la tarea y de qué forma los convoca a construir maneras colaborativas en sus propios aprendizajes.

Uno de sus referentes es el libro “Reading for understanding (1)” que traducido sería “Leer para entender” con el que prepara sus materiales para construir normas y relaciones en clases colaborativas.

Leyendo algunos capítulos me encuentro con ideas que refuerzan esta línea de trabajo: introducir pautas para que  los estudiantes trabajen en grupos, la posibilidad de que el docente se corra del centro del escenario y pueda explicita la razón de este posicionamiento, la convicción de que las ideas de los estudiantes son valiosas y por eso se les pide que las compartan explayándose, haciendo conexiones con otras, contribuyendo así a su propio conocimiento.

Debido a que Mr. Katz trabaja en el área de la lengua, me cuenta que con este contrato explícito puede hacer foco especialmente en los estudiantes que, por ejemplo, se sienten fracasados en la lectura, tienen vergüenza de manifestar sus dificultades y apunta que, para ganar su confianza, es necesario crear la sensación de que los estudiantes y maestros forman una comunidad de lectores, comprometidos a colaborar y mejorar la lectura.

Debido a las demandas y características de nuestra escuela media, a veces los docentes pueden sentir que “pierden tiempo” al dedicarse a aspectos aparentemente “no académicos”. Sin embargo, tomar tiempo para construir relaciones de confianza y respeto y establecer normas de trabajo puede constituirse en un factor clave.

Podemos acordar que cuanto más claras y presentes estén estas pautas,  mejor va a ser la comunicación y el entendimiento sobre lo que el profesor espera del alumno y lo que el alumno puede exigir del profesor. De esta  manera se evitan malos entendidos y situaciones ambiguas o injustas a la hora de evaluar el proceso de aprendizaje en el aula.

Si estos contratos funcionan de parte tanto del profesor como de los alumnos , es probable que éstos últimos puedan manejarse con más autonomía y apropiarse mejor y más claramente de su propio recorrido académico.

Un buen ejemplo de esto es el contrato que Mr. Katz presenta a sus estudiantes al comienzo del ciclo escolar. Antes de diseñar este contrato el docente relata que ha presentado algunas preguntas individuales del tipo: “Qué te satisface de lo que hacés en la clase? ¿Qué no? ¿Qué puede hacer tu profesor para ayudarte a aprender? ¿Qué no? ¿Qué pueden hacer tus compañeros para ayudarte? ¿Qué no?”

Luego de esta propuesta, los estudiantes pusieron en común entre pares lo expresado y luego de encontrar posibles coincidencias se hizo la puesta en común entre todo el grupo. El resultado de este debate entre ambas partes es el insumo con el que Mr. Katz ha diseñado el contrato. Es decir que no es un texto unidireccional y solo elaborado por el docente a la manera de decálogo de prohibiciones y permisos, sino que es un verdadero acuerdo en el que ambas partes están comprometidas con el aprendizaje.

La siguiente es la traducción del texto colectivo que acordaron estudiantes y docentes: